Asentado sobre una colina entre la Sierra de Ronda, la Costa del Sol y Gibraltar, Casares es uno de los pueblos más bellos de la provincia de Málaga, hecho que le valió la calificación de Conjunto Histórico-Artístico en 1978.

Los orígenes de Casares se remontan a la época romana, cuando Julio César ordenó su construcción como muestra de agradecimiento por haber sido curado por las aguas de las Termas de La Hedionda. No obstante, la villa actual data de la época de los árabes. Destaca entre sus monumentos históricos son las ruinas de un castillo árabe, la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, del siglo XVII; el convento de Santa Catalina, del siglo XVI; las cuevas de Ballesteros, las cuevas de la Hedionda y la Sima de los Huesos.

Las playas más cercanas son las de la bahía de Casares a unos 14 kilómetros hasta la costa, unos 25 minutos en coche hasta el fondo. Las playas aquí son de muy alto nivel, se mantienen limpias y cuentan con todas las instalaciones necesarias. Algunos han sido galardonados con el estatus de bandera azul por su excelencia. Hay varias tabernas de pueblos pintorescos en la plaza, también hay un buen restaurante internacional y muchas ventas (restaurantes económicos al borde de la carretera) a lo largo de la ruta. La cocina de Casares es la típica de la Costa del Sol y Málaga, con mucho marisco y arroces y carnes a la brasa o barbacoa; además de chorizo, huevos fritos, patatas fritas y pimientos verdes también es un plato delicioso, pero cargado de colesterol. Casares disfruta de un clima mediterráneo subtropical, con veranos calurosos e inviernos templados. Las brisas refrescantes del mar hacen que el calor del verano sea manejable; las temperaturas promedian los 32 ºC durante el verano.